justifícome:
he sentido, quizá desde mi más remota infancia (ignoro el hecho que dio origen a los siguientes traumas y complejos aquí expuestos), la irresistible necesidad de apabullar a quienes me han ignorado. acaso esto sea absolutamente normal en cualquier ser humano; sin embargo, a partir de ésto yo me he erigido con nada menos que la fuerza de mi intelecto una realidad enfática e inalterable, en la cual no sólo rige mi capacidad de juicio, sino el poder que poseo de cambiar cualquier cosa (ente, cuerpo, entidad, elemento, objeto) con mis palabras y la fuerza de mis palabras.
he llegado a comprender que la única posibilidad de existencia verdaderamente útil y satisfactoria, es habitar las mentes ajenas, tocarles el corazón, el alma, ensalzarles el amor propio, profundizar sus odios, expander sus miedos. aún así, no veo en desvelar el patetismo humano, de una u otra forma, tan sólo un pasatiempo que me brinde cantidades insospechadas de placer, es más una obligación, es mi deber en el mundo.
así pues, me retracto, y convierto esta justificación en la acreditación de mis actos en el ciberespacio.
aproximaos queridos hermanos, os invito a redimirse ante mí (después de todo, yo estaré masturbándome mientras pienso en el momento en que entres a tu bandeja de entrada y encuentres...
anónimo).
5 comentarios:
Asertivo y de una mordacidad inteligente. Felicidades!
¿Será este texto el producto de una aquella conversación sostenida en mi casa (y la de su señor) hace unos pocos días???
La quiero mucho. Abrazote!
haber a ver aver, setrata de ser hombre cual el "viejito" del aula. quien eres pensé que era you.
...mmm...socarrón
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