Peso ancestral
Tú me dijiste: no lloró mi padre;
tú me dijiste: no lloró mi abuelo;
no han llorado los hombres de mi raza,
eran de acero.
Así diciendo te brotó una lágrima
y me cayó en la boca; más veneno
yo no he bebido nunca en otro vaso así pequeño.
Débil mujer, pobre mujer que entiende,
dolor de siglos conocí al beberlo.
Oh, el alma mía soportar no puede
todo su peso.
A. Storni
cuando llego a la casa, y veo a mi mamá y mi abuelita, me viene a la mente Storni. nos sentamos a comer en silencio, un nombre en cada mente, una palabra entre dientes. habrá alguien detrás, a través de los años, en el rostro de los hijos o un hermano. habrá alguien que atraviese esa misma puerta, unas horas antes -siempre llego de noche-, que traiga el ruido, un dolor en las rodillas, una espalda pesada.
cuando llego a la casa, y veo a mi mamá y mi abuelita, tengo un pensamiento ambiguo, que no había querido decir abiertamente. tal vez -sólo tal vez-, sería mejor si sólo fuéramos las tres.
7 comentarios:
Alfonsina es amor.
Me conmovió tu texto... y me recordó como a La Tía Tula, toda esa cuestión generacional y de la herencia más allá de lo físico...
Saludos preciosísima, te extraño :(
creo que se llaman herencias malditas, no generacionales...jajaja
saludos.
te dejo el space de kohete:
www.myspace.com/kohete
fuaaaa!
hola vi que pasó por mi blog, gracias por el comment. me latió un buen su texto. un abrazo que le mando y le digo que no tengo su correo, ahi me lo deja no? para platicar un rato va? que siga muy bien!!
hey hey hey
sólo tal vez?
un abrazo reina
es un placer tenerla en la posibilidá de una ext a lo ofis
Nosotras eramos cuatro, ahora somos dos. Malditas divinas herencias!
Saludos mija, que esté bien.
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