elektra

soy una hija de la ira, de tu ira impotente y heredada. he crecido con base en tus recuerdos y tu adultez prematura, derruída tan pronto ya. consíderame aparte, desprendida, aunque tú y yo sepamos que eso sea imposible. considera por un momento, que nuestro adolecer coincide detrás de ese desierto constelado en sueños, desde donde nos llama nuestro polvo delirante.

gatitos

el día de ayer rondé por donde fue mi hogar durante año y medio, no pude evitar el gritarle a pudor y buscarla por las calles, esperar ver sus retacitos y oír sus maulliditos chiples :(



y luego, por la noche ver a fellini de liniers.


uno piensa que al tener un gatito, posees una mascota. en realidad uno termina perteneciéndoles a ellos... (por eso no puedes pelear contra ellos, sólo amarlos)

tengo un gran vacío, necesito un gatito que me quiera T__T

el ser y el posmo

yo no entiendo por qué en domingo, se le puede obligar a alguien a realizar un esfuerzo mental que vaya más allá de articular un par de palabras cotidianas y escuchar otras tantas.

es natural el realizar los actos más elementales, como comer e ir al baño, por inercia absoluta.

así como también es natural, sentir que el domingo es como uno de esos sueños episoidales, en donde sientes que te hundes un poco más con cada reincidencia, en un lodazal en donde resulta cada vez más cómodo permanecer inmóvil.

y luego los demás días son una prolongación del primero.

relax

ando por ahí, fumando y bailando con alegría, despreocupada y un poco solitaria a veces. rostros conocidos, cálidos. ajenos a tí.

mamacita

fuego

había estado sola por algunos días. el ocio muchas veces conduce al drama, y detrás de mi nariz circulaba constantemente la palabra 'abandono'. qué importa, he aceptado mi protagonismo disfrazado de indiferencia, mi amor por la venganza y 'mi problema con las figuras de autoridad'. tal vez a causa de lo último he sentido cómo crece dentro de mí algo muy parecido al odio. los objetivos no están claros aún, pero sé que cuando aparezcan nítidos y con una leyenda debajo de la imagen señalando el nombre, será como conocer todo lo que me he negado los últimos años no sé por qué diantres, soberbia quizá.
qué tan hueco se puede ser al construirse a uno mismo, qué vacío se precipita sobre tí cuando esa imagen que te has construído, caduca. ya es inútil toda fasceta. pero es un alivio arrojar contra la pared esa mascarita que habías pintado con tanto primor.
creo entender que el desarraigo y el abandono de alguna manera llevan a encontrar esa figura perdida del absoluto, esa pérdida que nos ha llevado a buscar en lugares tan erróneos la necesidad de la compañía y el amor, esa pérdida que nos ha descalificado como entes sociales. el absoluto egoísmo.
el abandono a veces es un alivio, a veces una obligación, en el sentido de que obligas a ser abandonado.