soy una hija de la ira, de tu ira impotente y heredada. he crecido con base en tus recuerdos y tu adultez prematura, derruída tan pronto ya. consíderame aparte, desprendida, aunque tú y yo sepamos que eso sea imposible. considera por un momento, que nuestro adolecer coincide detrás de ese desierto constelado en sueños, desde donde nos llama nuestro polvo delirante.
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