no sé cómo contar ésto, que además de pendejo es muy chistoso, pero ps me gusta hacerla de pedo verdá y soy tan dramática.
resulta que quince minutos, se convirtieron en cuarenta y llegué un poquitín tarde. como se me olvidaron las llaves y mi madre estaba dormida, tuve que brincarme -con falda y huaraches.
primero fue un pedo poner el carro junto a la barda para poder alcanzar el medidor de la luz para apoyarme y de ahí subir al techo.
segundo: quebré el medidor. juro que me había brincado muchas veces antes de la misma manera y éste había soportado mi peso perfectamente, pero el culero se rompió hoy. que llegué tarde.
luego, ya en el techo, después de un resignado ni pedo... quitaron la escalera. iba a brincar y a ponerme el madrazo de mi vida cuando salió mi mamá.
es más bien vergonzoso.
stoy toda mensaaaaaaaaaa
3 comentarios:
Jajaja! A todos nos ha pasado algo así. A algunos de nosotros, debo decir,muchas veces. Una vez llegué tan ebria, tan ebria, que me quedé dormida apenas entré...en el piso. Al no sé cuanto tiempo, sólo escuché una voz femenina, molesta, reclamando: ¡Qué barbaridad! ¡De perdida, hubieras llegado hasta tu recámara! Y yo: en srio que no ando tan borassshawww! Jejeje. Son gajes del oficio ;)
Ay Sarahí jaja. Si de algo te consuela, a mí todos los días me pasan cosas como esas.
No es que estemos mensas, ni que tengamos mala suerte, si le vemos el lado amable, somos cómicas naturales xD
Podríamos hacer una serie cómica juntas con todas las babosadas que nos pasan! jaja
Héjele!!
Qué cree? Ya tengo blog. Le tuve que hacer caso al Shofo. Pfff
Nos vemos entonces
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