lunes, diciembre 29, 2008

a un centauro

si fiebre enfermara, descendería a los profundos dominios del delirio.





me divide un espejo, de las otras posibilidades. un muro de cualquier otro pasillo, que me llevara a la conexión infinita de encrucijadas que me llevaran a otras posibilidades.
es el reflejo de mí, espejo; yo, espejo.
yo que me muevo por las calles, bajo el sol ardiente, corriendo el peligro de quebrarme en mil pedazos, para derretirme luego sobre el asfalto.
yo, que trato de evadir éstos contornos, simetrías, parámetros, convenciones. yo, que gozaría la gracia de un autismo que me unifique con el universo.
yo, que constituyo la prueba viviente de un desdoblamiento milenario, que desciendo de aquellos seres superiores y de los cuales aún conservo una mínima parte en mí.
yo, que soy un ser caído. que me desconozco a mí y al mundo.

yo, que mi nombre es Sahrah, y que del otro lado del espejo podría llamarme Sarahí.

2 comentarios:

Payoman dijo...

...cuando ya no soporto ser lo que soy, me veo al espejo y simplemente lo destrozo...


...me engaño creyendo que he acabado conmigo mismo...


...camino unos pasos y resulta que aparezco de nuevo frente a mí...

Anónimo dijo...

pero siempre hay algo hermoso dentro de ese Yo que a veces parece que nos persigue, algos...

usté es un YO, entre sus algos reconosco unos mios y me gusta porque sé que alguien más siente como lo siento y la quiero y le extraño cuando no está y todas esas cursilerías telefónicas