Insisto todo, expando y duplico, mientras suena el teléfono y todo se torna agradable. Mi cortina provisional da señas de no resistir una noche más, con ése viento y el peso de mi pinza para el cabello retando la resistencia de las tachuelas que la sostienen de la pared, no da señas de resistir una noche más.
Afuera queda un poco de luz, atardece. Aquí dentro todo es oscuro, no me molesto en acercarme a la mesa de noche, a la lámpara y regalarme un poco de visibilidad extra. ¿Para qué? lo que debe ser visto se ve de cualquier manera, y aquí dentro todo es oscuro.
Sin embargo puedo escuchar los quejidos de la pared, una sola distinguida de las demás por la unión que ésta hace con el resto de la casa. La estructura reniega, y mi pared se cae en pedazos. A veces, después de un quejido sigue un largo silencio, y sale de entre las grietas una araña, despacito despacito, como en voz baja. La araña en secreto: se le teme, se le huye, alguien escribe sobre ella.
Hace mucho dejó de haber luz afuera. Tras la puerta cerrada deben oírse (y digo deben porque no las escucho, pero las imagino, las conozco) un par de respiraciones dormidas, ronquidos y sábanas deslizando piel.
La noche me cae bien: sola y tranquila me abandono a ella. Del techo de mi recámara no quedan señas, todo se ha reducido al espacio que circunda mi cuerpo y me imposibilita moverme; mi cuerpo que flota en la densidad de lo oscurodfghjk,sñf.-oñ5uyjhkgb,.vb
lunes, mayo 07, 2007
intento no. 1 de cuento terrorífico que más bien parece escrito emo y darky. bua.
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